Es curioso ver cuántas vueltas da la vida y cuántas dan las ligas. Ayer, buscando en el cajón del sastre, encontramos una foto de la clasificación de la jornada 9 de Lliga Catalana 2013/14. Entonces íbamos primeros, con Sant Cugat i Sant Joan Despí pisándonos los talones; una situación parecida a la que vivimos ahora, aunque con otros protagonistas. Hoy hemos batido ese récord de 9 jornadas puntuando y enfilamos al histórico 15/15 de la temporada 2014/15. ¿Por qué no?
Para ganar los dos puntos de hoy hemos tenido que empapar la camiseta. Enfrente teníamos a un señor equipo como Gavà, un histórico que no pasa por su mejor época, pero que siempre ha competido a un nivel alto. Ante el ex-nacional y vigente campeón de liga (que se quedó en las puertas de estatal en las fases pasadas), lo último que podíamos hacer era salir a medio gas. Y bien, lo cierto es que La Salle salió al campo de batalla con la espada, aunque no con el cuchillo entre los dientes.
El match arrancó con un defensa hermética local que dio sus frutos: 1 gol encajado en 7 minutos. En ataque, en cambio, lo destacable fueron la cantidad de lanzamientos fallados. Olía a mal de ojo. Aunque el equipo rival generó peligro con su buen juego de cruces con los laterales, lo cierto es que en ningún momento logró poner en apuros a La Salle. Cuando parecía que se igualaba la cosa, los contraataques directos, servidos por quaterback De Nicolás, abrían de nuevo la brecha en el marcador. Así, y con un buen ramillete de goles de un incisivo Guillem Reixach desde el lateral izquierdo, nos fuimos con un +4 a los túneles.
La segunda parte siguió un poco el mismo guión. La Salle salió enchufada y rápidamente volvió a distanciarse en el marcador. Diferencias de +5, +6, +7 y hasta +8, condenaban a un Gavà que paradójicamente veía portería con relativa facilidad. En el minuto 17 llegó la relajación, un hecho que los visitantes aprovecharon inteligentemente para abrir un poco su defensa y provocar caos en el ataque local. Eso más o menos funcionó: a falta de ocho minutos, lograron recortar hasta cuatro goles de diferencia, pero de ahí la cosa ya no fue a más. Aunque La Salle resolvió el partido sin sufrir, la sensación de baja intensidad y poca concentración en el tramo final del partido fue palpable. 29 goles recibidos lo explican.