Carlos Paso: 15 años de leyenda o «300»

Dicen que los bárbaros gritaban a pleno pulmón para aterrorizar al enemigo y, a la postre, para quitarse el miedo de encima. Cuando visualizo esa imagen, la de un Leónidas fuera de control, con un hacha en la derecha y una cabeza del rival en la izquierda, es inevitable: a uno le viene a la mente a Carlos Paso. Quizá sea el frame de un hombretón barbudo y cabreado  o el de un jugador con una brecha en la ceja. Sin embargo, antes de dibujar al protagonista sobre un lienzo en blanco (y azul), el ídolo de la Salle Bonanova que dejó el club la temporada 2017-18 para volver al año siguiente, tiraremos de una versión más romántica. En todo caso, si tiene que salpicar sangre sobre el campo de batalla, que sea blanquiazul, como la perica, es decir, como la que corre por sus venas. Paso es para la Salle lo que Tamudo para el Espanyol. Un líder nato, un jugador vital, pero, por encima de todo, un gran capitán.

Temporada 2012/13. Senior A.

En su caso, el lema de «yo nací con dos colores, uno blanco y otro azul» se prostituiría en 2005, el año en que llegó a la Salle Bonanova como juvenil cachorro de primer año. El Paso de aquel entonces era «toda una joyita. Con la cabeza rapada al 1, alguna que otra cresta entre medio y más chulo que un ocho. Me creía invencible y mi aspiración en la vida por esa época era la de ser el rey de las discotecas«, confiesa.

Quien haya jugado con él desde los inicios sabrá que a lo largo de su carrera deportiva mutó de Rotwailer a fino Galgo. Las derrotas acumuladas, las hostias en tercera, la agonía de ascender en la última jornada… Toda experiencia, incluidas las vivencias con el equipo, construyeron a un jugador que acabaría llevando el brazalete del primer equipo. «El primer equipo luchaba cada año por mantenerse en Lliga y yo, en el B, lo hacía por salir de las catacumbas del balonmano. 3 años en 3a, uno en 2a, otro en 1a (ya con el primer equipo) y “por fin” Lliga con el Senior A. 23 años y por fin podía luchar por mantener a la salle en Lliga. Todos sabemos de mi falsa humildad, pero por aquella época era real. ¡Ser capitán no me lo imaginaba ni en mis sueños más húmedos!».

Celebración partido nacional

Durante su carrera deportiva, admite que hubo personas que fueron claves a la hora de alcanzar su madurez: «El gran Salva Zapater  jugó un papel fundamental. Él lo tenía claro. Su único objetivo: subir jugadores al primer equipo. En los años de 3a éramos cuatro cañas, algunos imberbes, entrenábamos en el cole al aire libre y muchos días incluso sin portero. Lo pienso ahora y es un auténtico milagro que no dejáramos el balonmano. Salva es un genio«. En algunas cosas, la historia no ha cambiado tanto. Pero sí, la Salle de entonces era como el Espa de Domoraud, y bien orgullosos. No obstante, con él, el equipo se las dio de alpinista, llegando a una imaginaria «UEFA» de Lliga y finalmente subiendo a 1era Nacional. La cumbre de su carrera llegaría con ese famoso trofeo de MVP que le otorgarían tras ascender en las fases da ascenso a primera Estatal. Pero no empecemos por el final, porque todo arranca con la generación de oro. La generación del 89.

Juvenil «A», Temporada 2006/07

Joan Martori, Màrius Riba, Carlos Paso, Victor Otero, Joan Salvatella, Gerard Tarrats,
Xavi, Pere Madurell, Borja Estengre, Carlos Clemente

Ya en 2006, el poli de la Salle solo se podía calentar de una manera: como el Olímpic de Montjuic, es decir, a base de megafonía. El eco maldito de nuestra pista hostil no hizo mermar la pasión de una generación destinada a apuntalar los nuevos cimientos de la Salle, por supuesto. Aunque, desgraciadamente, algunos de esos jugadores dejaron mucho antes el balonmano: «Carlos Clemente, Mi querido cuñado Otero, Joan Salvatella… y grandes jugadores que se quedaron por el camino como Edu Coll: El Mikel Hansen de la Salle juvenil. Capaz de ir andando por la pista y meter 13 goles. A diferencia del verdadero Mikel, le fue imposible compaginar el Sutton con el Balonmano. Una lástima. Sin duda, mi época juvenil en la Salle me marcó. Volví a disfrutar del balonmano y, no solo eso, sino que lo disfruté como nunca lo había hecho hasta entonces». 

Carlos Paso en Cornellà El Prat

Con esas ganas y rabia con las que De La Peña le celebraba un gol al Barça, Carlos lucharía cada partido con la camiseta de la Salle. Como es lógico, su carrera salesiana daría para un Nuevo Testamento de anécdotas, algunas muy dulces… «Siempre me quedaré con nuestro primer ascenso a Nacional. Era algo con lo que ni soñaba y fue una experiencia increíble. Encima, jugamos de maravilla y casi les fastidiamos la fiesta a los mañicos el último día sin jugarnos nada. Ahora, por suerte, ya hemos vivido dos fases, pero esas primeras con el gran Kily de entrenador son sin duda las más especiales para mí«. Sabemos de buena tinta que, históricamente, no todos los ascensos han sido igual de placenteros. Algunos fueron más bien «agridulces». Y para ello, tenemos que rebobinar hasta 2012… «Última jornada de Liga, nos jugábamos el ascenso contra el Sabadell; el que ganase, tenía billete a Lliga Catalana. Todo el partido mandando en el marcador y perdemos de uno. Y de nuevo, la fiesta se convirtió en pesadilla. Esta vez el milagro fue que St Viçens dels Horts no ganó su partido (jugaba en casa contra un rival que no se jugaba absolutamente nada) y acabamos celebrando el ascenso junto a los jugadores del Sabadell. Esos que nos acababan de arrebatar la gloria…«. El mundo al revés. En el deporte todo es posible, y si no preguntadle a Coro.

Celebración título Lliga Catalana 2014/15

Ducho desde los nueve metros, defensor infranqueable y jugador cachas. Si algo caracteriza a Paso como jugador, a parte de sus huevazos y su garra, es su potencia física y su eficiencia. Sus registros goleadores siempre fueron altos (si pudiera hacer una media global de toda su carrera, la dejaría en 5 por partido) y los dos minutos siempre te los sacaba; a favor. Dejad que os diga, amigos, compañeros y conocidos del mundillo de balonmano, que este hombretón se ha partido literalmente la cara por este equipo durante casi 20 años. En los gritos de equipo, todo el mundo le espera; él es la voz del espartano. Seguramente que todos habéis tenido alguno de estos jugadores en el grupo.  En parte, no dudo que ha sido gracias al apoyo irreverente de su hermana Bárbara (cuerpo técnico actual), su ángel de la guarda. «Mi fan incondicional junto con mi padre. Recuerdo ser la envidia de todo el equipo por tenerla como hermana. Como ya dije en la boda, tener que compartirla con Otero no ha sido fácil jajaja Sin duda, soy un privilegiado«. Y un tío duro, quizá más que su cuñado, al que por cierto tampoco vi derramar jamás una lágrima.»Lo mío es gritar. El 1 2 3, cuando meto un gol, cuando defiendo a un rival, cuando no me pitan lo que quiero y acabo expulsado… jeje si quieres verme llorar, ponme una peli, soy de llorera relativamente fácil«.

En el fondo ya lo sabíamos. Paso es un tío sensible. Y nosotros también cada vez que pensamos en si la temporada que viene ya no le veremos entrenar con nosotros. El «se queda» sigue entre bambalinas. Si lo pensamos, lo más normal en una persona de ya 30 tacos, que tiene un trabajo absorbente, una boda en el horizonte y una agenda de cañas incompatible.  Yo lo he intentado: «Solo contéstame a una pregunta: ¿El año que viene continúas?». «Mi cabeza me dice que no pero mi corasão me dice que siga un poco más».

Dudo que en el poli nunca vayan a ondear mil banderas, pero si nos ponemos románticos, diré que para Paso el pabellón aún no tiene pinta de mausoleo. Me refiero a que las leyendas no mueren a los 30 años. Esta no va a ser la excepción pero, por si acaso, recordadle lo importante que es para que este equipo siga latiendo. En catalán, en ESPANYOL o en el idioma que queráis. Paso aún tiene que alzar el vuelo en la Salle. Quizá no a modo de águila, pero al menos sí como un buen periquito.

Un comentario en “Carlos Paso: 15 años de leyenda o «300»

  1. Salvador Zapater dijo:

    Muchas gracias Carlos por tus palabras. Eres un ejemplo para muchos de nosotros, por tu ilusión por tu motivación por tus ganas de ganar,. pero si tengo algo que destacar de ti y de todo este grupo que empezó en tercera es: las ganas de aprender. Y es verdad, éramos cuatro cañas y yo el primero, pero nadie nos puede quitar que todo el frio que pasamos, todas las encerronas que sufrimos todas las broncas que os di, todo ello al final, ha valido la pena. Sois unos ganadores natos y en eso Carlos tiene mucha culpa. Nos ha transmitido algo muy difícil, que aunque fuéramos inferiores, aunque nos faltaran los mejores jugadores aunque la noche hubiera sido larga, cuando salíamos al campo, tenían que ganarnos, nunca arrojamos la toalla allí estaba Carlos para recordarnos que no le teníamos miedo a nadie. Este grupo ha sido un grupo que ha llegado donde está por sus ganas de aprender, de sufrir y de compartir. En este aspecto Carlos no ha dado un ejemplo constante. Y este equipo siempre tuvo jugadores que parece que no están, que no hacen ruido, que nunca fallan en los entrenos y aunque jugaran poco, al siguiente entreno se esforzaban un poco más. Este grupo es así. todos saben que son necesarios e importantes, lo importante es el equipo. Ejemplos como el de Carlos hacen de valga la pena todo el esfuerzo y el orgullo de haber compartido todos aquellos momentos ya que al final te llega el mejor triunfo, el mejor triunfo Carlos es tu amistad y que van pasando los años y sabes que Paso, estará allí, donde haga falta. Un fuerte abrazo.

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